miércoles, 13 de enero de 2016

'Alguien voló sobre el nido del cuco' de Ken Kesey

Ken Kesey

Por Tesa Vigal

Ser, en lugar de tener, o de parecer.
La contracultura de los años 60-70 no iba contra ella, sino a favor de crear otra nueva, cuestionando valores establecidos, explorando con una libertad insólita el sexo, el amor y sus formas, la identidad personal y su realización, la expansión de la conciencia (con drogas o sin ellas), lo espiritual, la naturaleza, las prioridades... En nombre de la propia vida. 

Ken Kesey, dentro de ese movimiento sin reglas, aportó su experimentación psicodélica creando el grupo "los alegres bromistas" con unos amigos, en colaboración con el grupo musical Grateful dead, con los que recorrió Estados unidos en su autobús de colores, difundiendo la filosofía hippie hasta finales de los 60, cuando Kesey abandonó el proyecto por la persecución policial y el anquilosamiento que empezaba a vislumbrar en el tema.

Autobús de 'los alegres bromistas'
Literariamente, aportó esta novela tan especial, además de mítica, sobre el choque entre un ser indómito que llega a un hospital psiquiátrico (fingiéndose loco para eludir la cárcel) y los valores represivos imperantes en la institución, representados por la enfermera jefe que los impone de manera sutil pero implacable, con una actitud socavadora de la libertad en nombre de las, supuestamente, tranquilas y buenas costumbres de seguridad, conformismo y ojos cerrados.

Nada parece violento en la actitud de la enfermera, pero el resultado es una siembra constante de culpabilidad y miedo en los pacientes, bajo la apariencia de comprensivas preguntas sobre su situación personal, en las sesiones grupales diarias terapéuticas. Un viejo truco devastador, usado por religiones o filosofías dogmáticas, que consigue que las personas prefieran la niebla de las normas impuestas. La niebla, como la llama el impresionante indio silencioso, uno de los pacientes que es el narrador de la historia.

En ella se plantea qué es la locura, llegando a la conclusión de que sería la ausencia total de consciencia, lucidez, y no la inadaptación como tal. Se trataría de encontrar nuestro sitio en el mundo, sin renunciar a ser nosotros mismos. Justo lo contrario de lo que pretende la enfermera jefe, que todo el mundo se adapte a las convenciones imperantes. Nada que ver tampoco con la convivencia en libertad, que se basa en el respeto, no en la clonación. 

Eligiendo la "seguridad" del acatamiento y la sumisión no se cuestiona nada y el siguiente paso es la renuncia a ser uno mismo. McMurphy, el rebelde que acaba poniendo el hospital patas arriba, fue encarnado magníficamente por Jack Nicholson en la también memorable película de Milos Forman. Y ese viento de libertad será ya imparable, aunque se destruya al rebelde, a aquel que ha abierto la puerta. Su huella es indeleble y su sombra alargada. Nada será ya lo mismo después del paso de McMurphy por la clínica, independientemente de lo que hagan con él. En este sentido, es revelador el hecho de que la gente libre, lo es sin poder evitarlo, y aunque le presionen con amenazas no puede evitar ser lo que es. 

En palabras del indio, refiriéndose a McMurphy: "Era como si se hubiera comprometido a jugar hasta el final y no hubiera manera posible de anular ese compromiso". Lo dice después de que McMurphy opte por quedarse en la clínica cuando ha tenido la oportunidad de escapar. Y afina aún más al captar que los propios pacientes, que le temían y le jaleaban contradictoriamente, le exigían de alguna manera seguir ese camino, aunque ellos le racionaran por miedo: "Nosotros lo habíamos hecho seguir en la liza durante semanas, lo habíamos mantenido en pie mucho después de que sus pies y sus piernas ya hubieran cedido, semanas de obligarlo a guiñar y sonreír y reír y continuar su comedia, mucho después de que su humor estuviera agostado entre dos electrodos".

Y esto es lo más impresionante de la historia, que acaba bien a pesar de que también acabe mal. Porque el resultado es la libertad del narrador, y  el efecto a largo plazo de los que han sido influidos por el rebelde, en algún momento, en algún lugar. En este caso, el impresionante indio saliendo en busca del amanecer.  

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