martes, 2 de enero de 2018

El asombroso libro de Paul Auster '4 3 2 1' y sus vidas paralelas

Por Tesa Vigal


'4 3 2 1' trata sobre las distintas vidas que surgen tras una elección. Aunque no fuese cierta la teoría cuántica de universos paralelos y dentro de ésta la posibilidad infinitas vidas surgiendo de cada decisión, hay algo inquietante en ese camino que desechamos en cada encrucijada, tan rotundo, tan desplegable como el que hemos elegido. 

Siempre he sentido que algo nuestro se queda pegado a él, con una sustancia tan densa, tan real como los sueños. Tan significativa, quizás. En el libro de Auster sólo se contemplan cuatro caminos diferentes, desenvolviéndose con su acostumbrada, portentosa fluidez con la que narra sus relatos, dejando que fluya la historia que quiere ser contada a través de sus manos. No sólo es la impresión que me producen, sino que él mismo en una entrevista comenta que, cuando una historia conecta con él, se limita a seguir ese hilo, a dejar que se relate. 

Cada una de esas 4 vidas surge a partir de un punto de su infancia, una decisión de su padre, y llega hasta su etapa universitaria, abarcando cada detalle escondido en esa espiral, dejando al lector la posibilidad de completarlas hasta la actualidad, en un despliegue de mágica complicidad. Me pregunto si, en el fondo, esas vidas paralelas son una forma especial de contenerse una historia dentro de otra, otro de los temas recurrentes en sus libros. Algo que me toca íntimamente porque refleja el laberinto vital de todos nosotros, incluso en el de aquel que se considera simple.  




Hasta aquí lo comentado ya en la entrada del blog cuadernos dionisíacos de la luna pálida, donde hablo de lo que me ha llamado la atención desde la anterior. Pero este libro es memorable, por lo que también tiene que estar en este blog, dedicado a libros memorables. Sean actuales, o no. 

Tengo más que añadir. Por ejemplo el hecho de que las encrucijadas no sólo nos atañen a nosotros mismos, sino que las de terceras personas cambian también nuestra vida. En este caso, todo parte de decisiones diferentes de su padre. En una de las posibles vidas decide seguir manteniendo como socios, en la tienda familiar de electrodomésticos, a sus hermanos y los resultados serán el empobrecimiento de la familia y el hecho de que su madre no llegará a ser la fotógrafa que sí será en las otras vidas. En otro de los caminos comprará su parte del negocio a sus hermanos, llegando a ser rico con una cadena de tiendas. En otro, el incendio de la tienda le pillará dentro de ella, porque su padre ha decidido descubrir y evitar el atentado incendiario de uno de sus hermanos desleales y morirá en el incendio. Con el dinero del seguro, su madre y el niño se mudarán al centro de Nueva York, comenzando una vida rodeada de artistas, conocidos de la vida como fotógrafa de su madre. Por último, en otra vida se produciré el incendio pero su padre no estará en la tienda montando guardia y no morirá allí. 




En cada uno de estos caminos, su madre se divorciará de él, o enviudará, y se casará con dos hombres distintos. En cada uno de ellos estará siempre presente Amy, aunque dependiendo de cada vida se convertirá en su hermanastra, o su prima, pero aunque unas veces llegará a tener una apasionada historia amorosa con ella, en otras se limitará a vivir su amor imposible. Pero hay cosas inmutables y aquí radica el otro tema que recorre sus libros, la identidad. Porque en todas esas vidas el protagonista está interesado en el arte, escribe relatos o críticas de cine, también en el deporte, jugando a abandonando el béisbol. Y rozando más el rizo se contempla la posibilidad de una bisexualidad quizás motivada, o no, por conocer a una persona, o no conocerla, pero en ambos casos nos topamos con una forma de amar del protagonista que es la misma, el amar a personas, no géneros. Otro tema a desenvolver en esta prodigiosa historia plaga de hilos, de recovecos y rincones, unos dentro de otros. 


También está presente en todas las vidas la turbulenta época estudiantil de finales de los 60, variando ligeramente el papel y la intervención del protagonista y el de Amy, en páginas apasionantes contadas como lo que fueron, una época muy especial en la historia, y no sólo en Estados Unidos, época contracultural, cuestionadora, sí a la paz, no a la guerra, algo revolucionario al ser la primera vez que los jóvenes no ponían su pasión idealista en plan patriotero, sino en un mundo diferente en que la guerra no se contempla como opción. Es curioso que alguna gente piensa que esas páginas son pesadas, o reiterativas, por el contrario a mí me resultan portentosamente vivas, aparte del obvio interés histórico. Porque además el testigo de ellas, unas veces actuando, otras menos, o de diferente manera, expone limpiamente sus contradicciones, las sutilidades de su ánimo frente a estos acontecimientos. 

También aparece el tema de la identidad, relacionado más o menos directamente con el del destino y las decisiones en otros de sus libros. Especialmente en el fascinante 'El palacio de la luna', del que ya he hablado en este blog: https://librosconaliento.blogspot.com.es/search?q=El+palacio+de+la+luna

Se me ocurre, parafraseando a Dylan, que algo de nosotros se queda flotando en el viento tras cada encrucijada.     

1 comentario:

  1. A ver si me animo con la Trilogía de Nueva York. Lo único que he leído de Auster fue "El libro de las ilusiones" y no me dijo nada... A ver si me animo...

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